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Imperio en Transformación: La Batalla por el Hemisferio

En política internacional, los imperios nunca desaparecen; solo cambian de forma. Basta observar la evolución de la política estadounidense durante las últimas décadas para confirmar que la lucha por la hegemonía sigue tan vigente como en los tiempos de la Doctrina Monroe. Hoy, en pleno siglo XXI, la llamada Doctrina Donroe, una reinterpretación agresiva y pragmática impulsada por la administración del expresidente Donald Trump, marca un retorno explícito al control del hemisferio occidental como prioridad estratégica de Washington.

Esta nueva estrategia se desarrolla en un contexto histórico complejo: la disputa global con China, el resurgimiento de posturas militaristas, la reactivación de sanciones y la presión política directa sobre gobiernos latinoamericanos. Todo ello revela una tendencia clara: Estados Unidos intenta consolidar nuevamente su esfera de influencia para sostener su poder global en un mundo que se mueve peligrosamente hacia la multipolaridad.

Un Giro Histórico: De la Doctrina Monroe a la Doctrina Donroe

En 1823, James Monroe estableció la idea de que América era “para los americanos”, es decir, para los estadounidenses. Sin embargo, con el paso del tiempo, esa doctrina se transformó en un mecanismo de control político, militar y económico sobre los países del hemisferio.

Hoy, bajo la Doctrina Donroe, ese principio regresa con fuerza, pero con un espíritu profundamente transaccional. Ya no es la defensa del capitalismo frente al comunismo. Ahora la pregunta es otra: ¿Qué gana Estados Unidos con esto?

Las acciones recientes contestan la pregunta y estas incluyen:

Sanciones selectivas contra gobiernos adversos, rescates financieros multimillonarios para gobiernos aliados, aranceles como armas geopolíticas, movilización de tropas y portaaviones cerca de costas suramericanas y presión económica directa para obtener minerales, puertos y mercados.

El resultado es una reconfiguración acelerada del mapa político latinoamericano, con premios para quienes se alinean y castigos ejemplares para quienes desafían al poder de Washington.Si en el siglo XIX el enemigo eran las potencias europeas y en el siglo XX la Unión Soviética, en el siglo XXI el adversario directo es China. Su avance estratégico en infraestructura, telecomunicaciones y financiamiento ha generado alarma en Washington. América Latina es hoy un territorio en disputa entre las dos potencias más grandes del planeta.

Esta competencia revive tensiones similares a las de la Guerra Fría, pero ahora con un componente económico decisivo:
el control de minerales críticos, puertos estratégicos y rutas comerciales esenciales para la tecnología moderna.

Pentagonismo: La Profecía de Juan Bosch en Plena Vigencia

En Pentagonismo: sustituto del imperialismo, Juan Bosch advertía que el poder militar estadounidense pasaría a dirigir la política exterior del país, sustituyendo la vieja lógica colonial por una nueva forma de dominación basada en: Industrias militares, contratos corporativos, presiones geoestratégicas, expansión del complejo militar-industrial.

Hoy, esa tesis es más vigente que nunca. La militarización del Caribe, las operaciones especiales, las sanciones militares disfrazadas de políticas antidrogas y la presión directa sobre gobiernos latinoamericanos reflejan exactamente lo que Bosch predijo hace más de cuatro décadas.

Confesiones de un Gánster Económico: La Corporatocracia en Acción

John Perkins, en su famoso libro, describe cómo los mecanismos de endeudamiento, manipulación financiera y asesorías técnicas fueron utilizados para someter economías enteras y garantizar beneficios geopolíticos y corporativos. Lo que antes era clandestino, hoy es descaradamente público. Atónitos, lideres de la región observan rescates condicionados, acuerdos asimétricos, privatización estratégica, dependencia estructural mediante deuda.

América Latina vuelve a enfrentar el dilema histórico: desarrollo, pero a qué costo y bajo qué condiciones. América Latina está en una Encrucijada, el continente vive presiones sin precedentes: Gobiernos alineándose por supervivencia política,tensiones internas explotadas desde el exterior, competencia de potencias globales por recursos estratégicos, realineamientos electorales influenciados desde Washington.

La región está atrapada entre tres fuerzas: El retorno del control estadounidense, con un estilo de poder duro, la expansión china, económica y silenciosa y la fragilidad institucional interna, que abre las puertas a presiones externas.

El Futuro de la Hegemonía Está en Juego

El hemisferio occidental vive un momento histórico decisivo. La lucha por la hegemonía global se libra ahora en los puertos, los parlamentos, los minerales, las rutas marítimas, los acuerdos comerciales y los discursos de seguridad internacional.

Estados Unidos pretende reafirmar su dominio histórico, China avanza paciente, estratégica y persistentemente y América Latina se debate entre repetir su pasado o construir un nuevo futuro. Todo indica que estamos entrando en una nueva era de imperialismos renovados, donde la soberanía será puesta a prueba como pocas veces en la historia.

El desafío para los países latinoamericanos será evitar convertirse, una vez más, en el tablero donde otros juegan sus partidas.

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